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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
2 comentarios:
Fotos fantástica. Una maravilla. Sigue deleitándonos con tu particular mirada, Encarna.
Un abrazo fuerte fuerte.
Un abrazo, se hará lo que se pueda, seguiré con mi cámara como no, el mudno es tan amplio, no empieza ni acaba donde estoy, sigue y rueda, roda como la cancion de Luis Llach
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