martes, 24 de junio de 2008
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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
1 comentario:
Veo las hadas. Las veo. En las tres últimas instantáneas han quedado atrapadas en la película de celuloide. Soy muy antigua y no paso del sistema de foto en que salía el pajarito.
Enhorabuena por captar el momento mágico de las hadas.
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