domingo, 22 de junio de 2008
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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
1 comentario:
Por el sitio que recoges en las fotos voy dejando mis pasos. si miras con atención los encontrarás. Pista: van en unos "yanko" de ante marrón que compré cuando Los Pequeños Suizos se mudaron.
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