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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
2 comentarios:
Enhorabuena de parte de una compañera de trabajo que admira embobada la calidad de tus fotos.
Un beso.
Gracias mis fotos cobran vida cuando las miran, cuando se apropian de ellas otras/os, cuando forman parte de la memoria de otras/os entonces generan vida, se expanden, crean recuerdos que alborotaran el ritmo del corazón melancólico cuando mire atrás.
Un abrazo y gracias por mirarlas un rato en la mañana cada día, desde el sur ¿la Argentina puede ser?
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