martes, 1 de julio de 2008
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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
2 comentarios:
Complicidades de sombras, confidencias de luz. La cámara capta instantes de vida y con ello es capaz de reactivar emociones dormidas.
La reacción viene de la voluntad, la voluntad y una chispa de hormonas que se ponen en acción... no hya nada dormido, sino latente, agazapado en la sombra, esperando a tener tiempo, huecos para emerger, para no minar abismos interiores que lleven a desencadenar otras fuerzas,...
La voluntad y el deseo que nos llevan a sentir una marea viva.
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