El viento se lleva la arena en San Antolin de Bedón, la arrastra y el mar la traga,sólo queda un rastro de su paso, una ligra huella en ese tornasolado mientras con la bajamar. No nos devuelve este año la arena, quizás porque son demasiadas las rocas partidas y robadas por excavadoras que esconden la obra lenta pero constante del mar en los cantos rodados, enterrados bajo un lecho de piedras con profundas aristas.
sábado, 12 de julio de 2008
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