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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
4 comentarios:
Qué fotos más sugerentes!
Me gusta la gente con un ojo curioso para ver maravillas donde los demás no ven nada..
Saludos, Silvia
Gracias por tus palabras, celebro que te guste. Hay que mirar con los ojos bien abiertos, dejando fuera las gafas de los convencionalismos, etsereotipos, y atreverse a pintar nubes de verde.
saludos
Besos de agua, de luz, de entrada de vida en la caliza inerte. Gracias por la inspiración.
sucran por la acogia, por el calor, la complicidad y los lazos...
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