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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
2 comentarios:
Las grúas de construcción uniforman los distintos tipos de paisajes. Me explico. Puedes salir de una ciudad, dormirte, llegar a otra y siguen ahí las grúas. Total: el viaje a ninguna parte.
Menos mal que has personalizado las fotos con las señas de identidad que quedan en las ciudades: el casco antiguo.
De las dos instantáneas me gusta más la primera: el misterio que oculta la cortina me parece precioso.
Un saludo de Plagiaria.
Gracias, a mi tambien me gusta más la primera, la cortina el aire ue deja de misterio, la personaizacion, como bien dicen. Interesantes comentarios, las grúas, ¿viaje a ninguna parte? más bien las veo, o las siento como un viaje a la pérdida de la memoria, arrancan casas, borran historias, aparecen otras a su paso y ya no se reocnoce nada, ya no es la ciudad de mi adoelscencia, de mi infancia, está hueca esta ciudad, es cada vez más silenciosa donde antes bullian coches, gentes, mercados con fruta, ahora arden en la madrugada las calles del casco antiguo entre vapores de alcohol, gritos eufórioos porvocados por sustancias peligrosas, y gaitas que no cesan y perturban el sueño.
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