Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
2 comentarios:
Y ahora tiene un artilugio para captar cada instante…, y ahora encuadra en sus manos el pedacito de mundo que ve y se lo ofrece a su madre. Gracias Inés.
¡Genial, Inés! Un ejemplo de cómo hacer arte con pocas cosas o con muchas, según se mire.
Un saludo de Plagiaria.
Publicar un comentario