lunes, 14 de enero de 2008
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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
2 comentarios:
La última foto tiene un ambiente muy especial, me llamó mucho la atención.
Saludos.
He de confesar ahora que nadie nos escucha que es lo que se ve desde la ventana de mi habitación, es el tejado de mi casa, surtido de todos los objetos extraños que nos lanzan desde la casa de más arriba, un bloque de pisos - ese de interiores- desde alli lanzan guantes como el que sale en esta foto, huesos de cañada del cocido, alguna pinza de la ropa, esponjas,... La saqué este sábado el cielo empezóa oscurecerse mucho, la tormenta estaba en puertas y yo con mi cámara a punto.
Gracias por tus comentarios, estrenaste el blog y me alegra ver la acogida que tienen al otro lado del charco. Sigue comentando es un placer... Un afectuoso saludo
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