domingo, 6 de abril de 2008
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Hay ocasiones en que la palabra no alcanza, pero las historias prosiguen, nos aturden, nos rozan, nos iluminan, nos estremecen, nos acercan, nos hace comprender, nos dañan, nos curan, nos ayudan a crecer. Y donde la palabra no llega, el gesto eclipsa, nutre, poda, mima y asi en cada instantánea están las historias vividas, soñadas, negadas, abiertas para quien quiera y pueda contemplarlas.
2 comentarios:
Faro de San Juan, atalaya de los sonámbulos que atraviesan la vida buscando el aroma de los cuerpos, de los paisajes…
Sonámbulos que llevan bajo la hena de la piel la historia de los porqués, la biografia de los sueños y sus mil amores. Sonámbulos que habitan Mogador...
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